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El crecimiento del e-commerce, apuntan los expertos, seguirá arrastrando los problemas que las empresas de logística advierten ya desde hace un par de años: congestión de tráfico por las furgonetas de reparto, incremento de los residuos de cartonaje (y, con la pandemia, un crecimiento del uso de plásticos) y un mayor coste de la logística inversa (gestión de las devoluciones). Los especialistas en mercados afirman que cambiar el canal de compra no hará que se vendan más mercancías: se moverán la mismas, pero de otra manera, por lo que las empresas, explican, tendrán que adaptarse a una nueva manera de entregar y a encontrar soluciones de reparto más eficientes.

Algunas empresas han comenzado a incorporar a su modelo de negocio en las ciudades un fenómeno que se prevé que se multiplicará en los próximos años: el del dark store. Se trata de tiendas que dejan de vender presencialmente al público para transformarse en pequeños centros de almacenaje y logística de su stock, lo que permite estar más cerca de los compradores a la hora del reparto. Esta parte del negocio basa sus ventas en compras online y destina más recursos a gestiones más sostenibles, exigencias que los clientes demandan más a raíz del coronavirus. Todas las operaciones que impliquen una mejora en salud de los ciudadanos, apuntan el último informe Fooduristic y la consultora Kantar, será un motivo relevante para los compradores a la hora de adquirir un producto o contratar los servicios de una empresa de paquetería. Entre estas acciones está la utilización de materiales reciclados, uso de transporte no contaminante o alternativas como los micro-hubs.

El futuro de la logística post-pandemia

La innovación, la tecnología y la digitalización son aspectos que las empresas deberán trabajar para lograr una cadena de suministro más flexible, sostenible y capaz de asumir los numerosos retos que presentarán en los próximos años, algunos totalmente desconocidos e impredecibles como este del coronavirus. Se acelerará la automatización de procesos en almacenes o fábricas con el uso cada vez más común de robots que aumenten la productividad y permitan el manejo o la fabricación de más unidades por hora cada vez.

Otros aspectos que tendrán una incidencia clara en la cadena de suministro y que deben considerarse después de esta crisis son el blockchain, la inteligencia artificial o la desaparición de los procesos manuales, y esto lleva a otro aspecto clave para la cadena de suministro como es incorporar profesionales cada vez más preparados y propiciar un cambio de mentalidad en el sector y en las variables que lo rigen, sobre todo en lo referente a tiempos y horarios de entrega.

Por último, es necesario disponer de cadenas de suministro con una gran flexibilidad y, por tanto, con una enorme capacidad de adaptación a un mundo cambiante, no solo por el crecimiento continuado que está experimentando el mundo online, donde la gestión de la cadena de suministro se ha convertido en un área fundamental, sino también por situaciones como la que estamos viviendo, que convierten a los procesos de la cadena de suministro en actividades de suma importancia para garantizar un adecuado funcionamiento de nuestro mundo.

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